El reconocimiento de los derechos fundamentales y la ciudadanía plena de las mujeres es un proceso que tiene una larga historia, la cual ha estado marcada por un fuerte activismo y por un movimiento social, liderado por las mujeres.
El antecedente histórico para la proclamación del 25 de noviembre como el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer fue el brutal asesinato de las hermanas Mirabal por el hecho de ser mujeres y activistas, ocurrido el 25 de noviembre de 1960. Su único crimen fue haber luchado por sus derechos contra el dictador dominicano Rafael Leónidas Trujillo (1930-1961). Veinte años más tarde la Asamblea General de las Naciones Unidas proclama este día el 17 de diciembre de 1999 y se empezó a conmemorar desde el 25 de noviembre del año 2000.
Este 25 de noviembre cuando se cumple el 21 aniversario de tal proclamación es una fecha propicia para insistir en lar reivindicaciones históricas para avanzar hacia el camino de superar las desigualdades existentes en el acceso y disfrute pleno de los derechos humanos, que es el origen de las diferentes violencias que afectan a las mujeres, que en la actual coyuntura se ven agravadas por las medidas adoptadas por los gobiernos para atender la crisis sanitaria, social y económica provocada por el Covid 19.
Ante esta coyuntura y los retos que ha impuesto, se hace necesario más que nunca que el Estado en su conjunto como el garante superior de los derechos humanos, promueva e implemente las acciones y medidas contenidas en la Ley 1257 de 2008, demás normas nacionales e instrumentos internacionales para prevenir y atender de la mano con las organizaciones de mujeres de una manera proactiva y asertiva las violencias contra las mujeres que se ha visto escalada por la actual crisis.